La semana pasada comentamos algunas de las tendencias gastronómicas que nos encontraríamos en este 2018. Sin embargo, queríamos saborear tanto esta información, que la partimos en dos. Hoy venimos dispuestos a cerrar el ciclo completando la lista.
Recordad que no solo hablamos de la comida o bebida que encontraremos en todas las cartas. Nosotros también nos hemos querido detener en las costumbres de los consumidores, de cómo cambian los hábitos y hasta qué punto puede influir eso en los restauradores:
1. Mesa para uno, por favor
No es ningún secreto que las viviendas unipersonales han aumentado en los últimos años. Cada vez hay más gente que vive sola y que le gusta salir sola y disfrutar de un buen banquete. Favorecer esto es fundamental.
Igual que los consumidores demandan que no se vendan los alimentos en kilos o en packs familiares únicamente, también exigen poder ir a un restaurante y no sentirse atrapado en un rincón. Cuidar a esta clientela es importante porque hay un gran número.
2. El cerdo ibérico
Quizás no te sorprenda, pero el cerdo ibérico es una tendencia gastronómica que ha superado fronteras. Incluso en la alta cocina ya tiene su lugar.
Las exportaciones de carne de cerdo ibérico han aumentado considerablemente y ya no solo lo encontramos en los restaurantes españoles. En muchos buenos restaurantes de Europa, Asia y México encontramos a este protagonista.
3. Un plato de información
La información es poder, y los consumidores lo quieren. Varios estudios realizados demuestran que los clientes, ya sea de restaurantes o supermercados, quieren información veraz de lo que consumen.
Las cartas han tenido que ser modificadas para añadir más información nutricional de cada uno de los platos y ocurre lo mismo con el etiquetado de los productos. Además, la sociedad cada vez está más concienciada con el despilfarro, sobre todo de comida. Así que adaptar los platos a una medida sensata es fundamental.
4. Jóvenes mujeres cocineras
Por primera vez se tiene constancia de que en las escuelas hosteleras hay más mujeres que hombres. Eso es una gran noticia para las mujeres que se quieren dedicar a esta profesión, ya que en breve saldrán al mercado laboral muchas jóvenes preparadas para comerse el mundo.
Cabe destacar que el mundo hostelero nunca ha sido sencillo para las mujeres, sobre todo cuando se trata de la alta cocina. Sin embargo, parece que eso va a cambiar, y a nosotros nos encanta que se convierta en tendencia.
5. Huevos sí, pero no de cualquier granja
La sociedad cada vez es más consciente de las barbaridades que cometen algunas empresas de la industria alimentaria. Muchos estudios confirman que los consumidores cada vez se preocupan más por ello y eso determina que compren o consuman un producto u otro.
Es un hecho que los clientes prefieren los huevos camperos a los huevos tradicionales. Pese a que no hay constancia científica de que unos sean mejores que otros (nutricionalmente hablando), los consumidores los prefieren, pese a que son más costosos.
6. La vajilla bonita, pero útil
No todo vale a la hora de emplatar. Podemos tener unos recipientes preciosos, llamativos, pero si no son útiles y prácticos, no los queremos.
A veces nos encontramos, sobre todo en restaurantes de alta cocina, que la mesa se convierte en un museo de arte pero que, a la hora de la verdad, es imposible comer en ella cómodamente. Y eso ya no es tendencia. Nos gusta tener una buena presentación en la mesa, pero también nos gusta comer con comodidad.
7. Comida a domicilio, pero nosotros cocinamos
Pues sí, esta tendencia gastronómica no es para los más vagos, pero está triunfando. Ya no queremos que nos lo traigan todo hecho, preferimos vivir la experiencia de cocinarlo nosotros mismos pero, eso sí, con ingredientes de primera calidad.
Ya hay muchos establecimientos que se dedican a llevar los ingredientes ya preparados a domicilio. Así que toca desempolvar el delantal y vivir la experiencia.
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