Historia del plátano en Canarias, que llegó para quedarse

Historia del plátano en Canarias, que llegó para quedarse

La historia del plátano de Canarias nació de la mano de portugueses, españoles e ingleses.

Durante décadas la industria platanera fue protagonista del crecimiento económico de las Islas Canarias. Sigue siendo uno de los cultivos más importantes del archipiélago. La variedad mayoritaria cultivada da un fruto de tamaño medio, piel fina y amarilla y son aptos para consumirse crudos. A continuación, un breve resumen de la historia del plátano de Canarias.

The Grand Canary Coaling
Alfredo L. Jones, estableció la carbonera The Grand Canary Coaling, una sucursal de la compañía Elder y otra del Bank of British West África.

El origen de este cultivo se localiza en el sudeste asiático, entre la India y Malasia. Allá por el siglo V llegaría a África vía Madagascar. De esa manera, en apenas 100 años, recorrería las costas mediterráneas, hecho significativo para la historia del plátano.

El plátano llegaría a nuestras islas procedente de Guinea Ecuatorial, de la mano de navegantes portugueses. Los historiadores aseguran que una vez el cultivo del plátano estuvo arraigado en las islas, los españoles decidieron exportarlo a tierras americanas en los viajes de colonización.

A finales del siglo XIX, con Canarias como puerto franco, se explotó el plátano como monocultivo, convirtiéndose en uno de los pilares de la economía canaria.

Las compañías británicas controlaban la producción y la exportación hacia Europa, sobre todo a Inglaterra. Fueron también los ingleses los que instauraron el cultivo del tomate. Se cree que el británico Peter S. Reid, residente en Tenerife desde 1867, fue el responsable de la primera exportación de plátanos datada en 1878.

En la década siguiente Gran Canaria tomó la cabecera gracias a iniciativas comerciales como las de Alfred Lewis Jones, (Grand Canary Coaling y Elder Dempster). 

En 1882, Fyffes Ltd., exportadora británica, tomó la iniciativa estableciéndose en las islas. Seis años después comenzarían a exportar plátanos en una línea regular que viajaba hacia Londres.

Ya en 1884 la naviera Elder acabó por instalarse en el Puerto de la Luz, pasando a formar parte para siempre de la historia de la ciudad de Las Palmas.

Elder Dempster

Desde Tenerife, Henry Wolfson contribuyó al negocio de la exportación. Se asoció con Fyffes, llegando a ser una de la principales empresas de la isla.

Así es como la tradición platanera comenzó en nuestras islas, y con ella, la historia del plátano. El sabor a plátano canario, el origen del sabor a Platé.

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